Métodos de aprendizaje
Para comenzar a tocar el clarinete lo principal es lograr que el instrumento suene, luego nos fijaremos en la embocadura adecuada (el labio y los músculos faciales que lo rodean requeridos para la interpretación). La embocadura es de vital importancia a la hora de obtener un buen sonido, su articulación, color, resonancia y control de la respiración. Básicamente la embocadura consiste en estirar el labio inferior donde va apoyado el clarinete, precisamente la lengüeta, por encima de la boquilla se apoyan los dientes y finalmente el labio superior se contrae por encima de la boquilla.
Para lograr un buen sonido es muy importante la constancia, es fundamental practicar todos los días, ya que si no lo hacemos perderemos los avances de inmediato. Para esto es necesario tener una rutina de practica donde ejercitaremos primero notas largas para lograr controlar el aire así obtener un buen sonido, luego ejercicios de digitación para obtener mayor rapidez, seguido de ejercicios de articulación para una mejor interpretación.
Para la práctica del clarinete al igual que en otros instrumentos es de suma importancia el estudio de las escalas, ya que con ellas conseguiremos una mejor capacidad de improvisación, también para esto es aconsejable ejercitarlas de manera transpuesta para así poder practicar e improvisar con instrumentos en Do.